UN METEORITO POÉTICO EN MADRID
Por José Carvajal
http://escritorjosecarvajal.blogspot.com/2010/01/un-meteorito-poetico-en-madrid.html
Existen razones para sospechar de los movimientos literarios, sobre todo después que la postmodernidad los enterró a todos sin contemplación. Pero hay un sobreviviente de esa masacre perpetrada por el tiempo y la desaparición de las grandes utopías. Es un movimiento que con los años ha ido uniendo eslabones y que en octubre de este 2010 aterrizará en Madrid como un meteorito; es decir, sin nada que detenga su vertiginosa caída en el viejo continente.
El responsable de tan ambicioso plan, fraguado desde Estados Unidos, es un dominicano que apuesta todavía al poema, cuando las tendencias literarias se alejan cada vez más de la metáfora de gran profundidad. Me refiero a Jorge Piña y su Movimiento Escuela Internacional de Metapoesía (MIM). Desde que lo fundó sus siglas han sido como una gota de agua que golpea sobre una roca hasta que le hace un hueco.
Y es que el movimiento de metapoesía de Jorge Piña tiene seguidores en varios países, lo que demuestra que realmente se ha internacionalizado, como dice su fe de bautismo, ese manifiesto que apareció sigilosamente hace casi veinte años.
Quizá el logro de este último movimiento, que busca encontrar la poesía en la poesía misma, haya sido el uso eficiente de los medios virtuales para llegar a todas partes donde era y sigue siendo posible la aglutinación de poetas dispuestos a someter sus textos a las rigurosas normas del metalenguaje, como lo hizo en su momento el chileno Enrique Lihn y otros antes que él.
La pregunta es ¿qué importancia tiene la metapoesía? Y la respuesta estará en octubre en Madrid, cuando se reúna el V Congreso Global Metapoesía-España 2010.
El encuentro, titulado Metapoesía y Solidaridad: La poética del otro, está dedicado al español Guillermo Carnero (1947), y es probablemente la actividad que este año quitará el sueño a Jorge Piña y su esposa, la también poeta Karina Rieke. Ambos prenden el faro de la metapoesía desde su fundación Culturarte, en el populoso sector dominicano de Washington Heights, en el alto Manhattan.
De modo que a la seriedad que dan los poetas a este sobreviviente de los movimientos literarios, hay que sumar el entusiasmo y el empecinamiento de Jorge Piña, que, aunque parezca difícil de creerlo, habría conquistado a su mujer con los metapoemas que conforman la mayoría de sus obras publicadas.
A partir de libros como "Andrógino ciego" y "Metaoníricas", Jorge Piña ha logrado convencerse a sí mismo de que “el poema es metalenguaje”. Y no está solo. Los cuatro congresos anteriores al que será celebrado en Madrid demuestran que puede haber metapoetas por todas partes.
Lo demás, su efectividad y la razón de ser un movimiento sobreviviente en tiempos de la postmodernidad, debemos dejarlo en manos de la historia, que al fin y al cabo siempre pone cada cosa en su lugar.
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