Bienvenidos a estas palabras del alma. Que todos nos reencontremos en el instante de su eternidad.

ARTE Y LITERATURA COMO DINÁMICA SOCIAL


                                     UNA MIRADA DESDE LA HIBRIDEZ                            
                                                                                                    
           
                                                                                                 Por  Bernardo  Silfa  Bor


         Diversas y significativas lecturas recorren las sendas del Arte y la Literatura, así como de la memoria universal de la cultura, permitiendo a investigadores hacer aproximaciones equidistantes entorno a  las interioridades,  vivencias y accionares de  individuos y colectividades. Creando así, espacios de interpretaciones en torno a la emotividad, desmotivaciones, amores y desamores,  mitos, costumbres,  creencias,  modus vivendi y frustraciones circunscritas a realidades e irrealidades aprehendidas en planos contrapuestos desde el medio o entorno o desde el sujeto mismo para transfigurarse en Arte o Literatura a través de la magia del símbolo y la metáfora,  el color y el lienzo,  el cincel y el ritmo danzarino de las notas musicales.

Arte y Literatura conjunción sonora al alma. Literatura y Arte síntesis de la existencia. Literatura-Arte circunstancias de lo conocido desconocido,  de las sociedades. Circunstancias de lo humano, del hombre. El hombre - enseña Ortega y Gasset - es él y su circunstancia. Arte-hombre-literatura, totalidad cósmica del signo social.
        
Se ha de estar consciente de que el producto presentado en toda poética sustenta el sonoro arte de la dualidad,  hombre-arte, amparado en Reiner María Rilke quien sentencia que “el arte es pasión de la totalidad” y esa totalidad es el hombre artista-escritor. La poesía es arte total. La literatura en sí misma es unidad artística. Es unidad  comunicacional. Es unidad educativa. Y es, al mismo tiempo, sustancia recreativa espiritual de origen cognitivo-afectivo.

Debe verse, y sentirse, al Arte y a la Literatura como una herramienta de pensamiento metahibrido de finalidad social.  Y Como pensamiento (metahibrido, metalingüístico y metartistico) debe constituirse en el camino hacia la expresión estilística y estética de los cosmos consumados en las psiquis sociales a través de los lenguajes poéticos y artísticos de sus creadores.

El autor como sujeto social vincula su producto artístico literario a los aconteceres de su entorno al través de la absorción de sus acciones crudas devolviéndola como producto elaborado en Arte y Literatura.

El zumo poético-artístico-literario como derivado social es en esencia tensioso y concienciador del mismo sujeto-emisor que lo genera. En efecto, poesía, arte y literatura  son unidades tensionales donde el autor “es un poco como su obra, una explosión de cosas dichas, vistas e imaginadas que pugnan por abrirse paso en el apretujado tránsito de la vida” al decir de William Mejía en los Cuentos Desechables de Rannel Báez.  

En ese sentido,  al Arte y a la Literatura hay que devolverle su función y misión social.  Hay que hacerlos útiles a las sociedades y sus sujetos. Para ello, los poetas, literatos y artistas deben concebir sus obras  volviéndolos dinámico, vivo, humano y divertido, a la vez que instructivo. Estos productos deben ser esa luz que las sociedades de esta posmodernidad -negada y defendida- han perdido en los valles de su propio engreimiento.

Y es que nos parece ilógico que el artista y el literato no hablen con sus textos lo socialmente humano. Los jóvenes escritores y artistas deben plantearse este elemento. Y deben plantéaselo en el sentido de que el escritor - artista debe ser  el primer analista, promotor y defensor de sus obras y con ellas de las sociedades que les acogen y les generan.

Para eso debe ser la literatura y el escritor, el arte y el artista. Esa debe ser su función, su misión; su sentido de ser. Debe ser esa razón para que nuestros literatos y artistas reasuman ese papel: el de razonalizar y horizontalizar los caminos torcidos que transitan nuestras sociedades de hoy, reflexionándose y reflexionándola en sus producciones.

El artista y su obra, así el escritor y la suya, no deben ser indiferentes e indolentes ante los problemas de sus sociedades. Toda sustancia textual y sus autores se permean e intersecan en esas aristas del pensamiento híbrido social de hoy.  Y es, precisamente, ese ejercicio articulativo el que proponemos aquí para enlazar la poeticidad y artisticidad con nuestras sociedades. De no lograrse la vuelta a este enlace, a este vinculo, a esta dinámica relación entre creadores, obra  y sociedad, entonces, artistas y literatos seguirán siendo, en esta selva confluencial de existencia y de mundos soñados, reales o imaginario, una especie en extinción en los niveles sociales y síquicos del pueblo.
                  
Así, igual que Juan Ramón Jiménez, pienso que el poeta debe asumir la poesía, el literato la literatura y el artista el arte  como lo que son: "tentativas de aproximación a lo absoluto por medio de los símbolos, imágenes y colores".  Aquí se asume lo absoluto, de Jiménez, como un todo social de hibridez. De ahí que la Literatura y el Arte deban volver a retomar su papel esencial ante la sociedad. Porque las voces de su entorno se abisman solitarias en sus esferas de vida, ahogándose en los mares de la sinrazón en abrumadora soledad.
        
El poeta, el artista y el literato es, aquí y allá, una entidad porosa que absorbe toda realidad líquida latente en el yo íntimo y en el yo social (fusionado por Carnero en ¨yo lirico¨); en el ser y no ser; en la sociedad y en el cosmos infinitamente poblado de posibilidades, devolviéndola (la realidad) a cada estamento o esfera social como producto descodificado sustancia, síntesis, arte, poesía. No erró el filósofo alemán Martin Heidegger al afirmar que “en la poesía el hombre se concentra sobre el fondo de su realidad humana”. Realidad que se ha erigido hibridad literaria, artística y poética.

Y es, precisamente, esa realidad la materia prima con la cual el poeta, el literato y el artista crea su mundo, su texto. Su sustancia poética, artística, literaria. El poeta y el artista son creadores de mundos paralelos y concéntricos a su realidad. Son  dioses el artista y el poeta. Así  lo ha sentenciado el nebuloso poeta Chileno Vicente Huidobro, príncipe del creacionismo estético, refiriéndose al poeta.

Son dioses el artista y  el poeta, en tanto juegan y crean con el lenguaje (metalenguaje) estructuras de vida en la página, madera, lienzo..., partiendo de que la poesía es “interpretación emotiva de la naturaleza, de la vida”, como nos lo hace saber Don Eduardo de la Barra en el prólogo al libro modernista Azul, del nicaragüense Rubén Darío cuando nos manda “a buscar en la naturaleza el secreto de la poesía”.

Allí, precisamente, deben buscar los artistas y los literatos. Es en ese  magma donde encontraran el perfil de textos poéticos, artísticos y literarios de afinidad social. Al vivenciar que la Poesía, el Arte y la Literatura son  el mismo creador en su realidad de vida. Esa realidad permite que en el Arte y la Literatura de estos tiempos se concentre una visión estética de la hibridad, ya que con ese hacer artístico-literario se funde en un mismo plano sociedad, obra y creador.

El artista y literato de hoy ha de abrir las grietas del tiempo en la búsqueda de los orígenes partiendo de su ahora. Ha de intentar refrescar el horizonte apacible reinventando las vertientes que nos han cruzado a los albores del milenio, recreando  la hibridación que somos. Ha de intencionar en sus textos  la “frescura espiritual” - anhelo de las almas - de la que nos habló Andrés Bello en sus Silvas Americanas, porque refuerza con abundante claridad que la “poesía, el arte y la literatura  son  maestra de los pueblos y de los reyes”.
        
Visto así, son la Poesía, el Arte y la Literatura maestras porque nada saben los pueblos. Pero, también,  son  Poesía, Arte y Literatura discípulos porque los pueblos todo lo saben. He aquí la dualidad  que debe anhelar todo creador: ser maestro y discípulo a la vez. Sinonimia concreta igualada a hibridad. Ese debe ser el contexto donde se inscriban los creadores de hoy. Lo dice Ernesto Sábato: ¨toda cultura es hibrida¨. Y crear es cultura.
        
El Arte y la Literatura de hoy se constituyen como un sueño tormentoso que encienden  los  fuegos creativos. Así profetiza  Goethe, al decir: “todo lo que puedas hacer o soñar que puedes, comiénzalo. La audacia tiene en sí genio, poder y magia”. Esta profecía goethiana ilumina la audacia del genio y el poder de la magia como alquimia para producir textos. Es la otra fuente a donde se debe concurrir para producir un arte y una literatura  híbrida.

Así brotan los productos artísticos literarios, en busca de los vértices que marcan el vínculo entre los creadores y sus sociedades porque como dice Sábato ¨el arte es un reflejo de la sociedad en que aparece¨ Y hoy se vive en sociedades culturalmente hibridas.

Para que ese vínculo autor-obra-sociedad se restablezca, el Arte y la Literatura en estos tiempos, debe tender a una  elaboración de clara conciencia estética de que el mismo acto de creatividad es una dinámica sociocomunicativa, socioeducativa y socioartística fundada en la hibridez y en una estructura de metalenguaje sugerente como producto funcional en las diversas dimensiones y esferas de interacción socioafectiva de los sujetos consumidores.  

La historia del Arte y la Literatura se halla plagada de productos artísticos y literarios ecléticos, que no dicen nada en sus texturas. Es decir, productos que ni comunican, ni sugieren, ni aportan conocimientos ni deleite a ningún  estamento social. Estas carencias hacen de ese Arte y de esa Literatura experiencia hueca, vacía, muerta, infuncional y frustratoria en cierto sentido.

¿Se preguntarán, entonces,  algunos artistas y literatos el por qué del abismo entre sus creaciones y la sociedad? ¿Ese abismo, no será porque no existe en sus argumentaciones textuales la realidad (soñada o real) que cercena la sociedad hibrida y global de hoy? Pienso que sí, que es por que adolecen de esa dinámica humanística, de esa vida social de pueblos y comunidades del mundo actuante. ¿Entonces, no es hora ya, de tender el puente sobre ese extensible abismo?

La consciencia ha de ser, entonces, que el Arte y la Literatura no es un insumo de su hacedor, sino de los conglomerados sociales que le alimentan. Y mucho menos entenderlo como hecho aislado del creador. Hay que verlo como una dinámica sistémica de la sociedad. ¿Acaso, no son los artistas y literatos productos de sus pueblos, como se ha indicado? ¿Acaso no es de esas dinámicas sociales desde donde les viene, les emana sus materias primas? ¿Por qué no devolvérsela, entonces?

Estas interrogantes derivan en que el Arte y la Literatura son colectividad como resultado, ya que el autor-artista se vincula al sistema creativo como intermediario-elaborador entre la obra y los sujetos sociales. Aquí se evidencia que el texto u obra, no importa el código de elaboración, por su intención no es propiedad del creador, sino del receptor social, cual fuere su esfera.

En ese sentido el fin de la obra artística o literaria debe ser un reflexivo concentrado de intención sociohumano y de interacción comunicacional para lo educativo-recreativo-divertido donde cada sujeto se encuentre consigo mismo y su contextualidad circunstancial.

Al Arte y a la Literatura de estos tiempos, a los que proponemos se le devuelva su función, sentido o intención sociohumana, no pueden seguir siendo monotemáticos como no lo son monosemánticos, si es que se quiere dimensionarlos al sujeto y su entorno. Sugerimos aquí un a Arte y Literatura de la politemia polisémica.

¿Por qué vigenciar una estética de contradicción como lo es el binomio monotémico-polisémico, cuando  se puede dinamizar la textualidad con la dualidad polisémica-politémica? 

Nuestro convencimiento y sustentación de una estética de creación politemática circundada y sostenida por unidades artísticas polisémicas entrelazadas es lo que nos permite el planteamiento de un Arte y Literatura por y para los sujetos sociales.

Esta estéticasustentada en unidades politémica - polisémica versus la tradicional estética que se sustenta en unidades monotémica - polisémica como unidades binarias de creación garantiza un consumo consciente y fundacional de los productos literarios y artístico. Vínculo que en estos momentos avanza a pasos lentos, por esa monotonía que ha prevalecido en la modernidad.

Este  sentido socioartístico y humano del Arte y la Literatura se sustenta en esa dualidad estética politemática y polisemántica acentuada  en los actuales enfoques de hibridación social que rigen en la actualidad todo el accionar Latinoamericano.

En ese sentido, se hace necesario dejar planteada la siguiente interrogante: ¿No saldrá ganancioso el Arte y la Literatura, si se trabajase en la misma unidad poética o artística todos los temas posibles generados en el contexto socioambiental del creador y el sujeto receptor?

Este planteamiento politémico combina en una unidad estética de creación todos los posibles temáticos  generando como un núcleo de sistema abierto  al producto artístico literario.

Este planteamiento se adhiere al afianzamiento de una visión sicosociológica, autónoma e independiente de hibridación social, que toca en primacía lo artístico literario en el pensamiento de la cultural.

Esta visión de hibridad sitúa  al Arte y a la Literatura en una componenda semántica-temática de origen sicosocial que sólo es posible en los mundos socioléxicos de los creadores en sociedad con sus semejantes.

Así,  se entiende sustancia vivenciar de los sociolectores en sus interexistencialidades como generatrices y como entes de consumo en sus realidades duales de soporte y destino del producto artístico literario politemático que se define desde estas sociedades de la hibridez.

Este concepto estético entendido como elaboración de conjunto temático y semántico en unidades artísticas literarias hace mucho más efectivo y transitable el sendero de la creación hacia su fin último: servir a la sociedad en evolución como dinámica lúdica sociohumana.        
                                                                        
                                                                                               
                                                                                                      
             
           





    
Nota:
Roosevelt Mendez, pintor y escultor de Azua, es un magnifico artista que trasciende el litoral caribello. Autor de estas hermosas pituras.