Bienvenidos a estas palabras del alma. Que todos nos reencontremos en el instante de su eternidad.

LA OTRA ORILLA ES EL LARGO CAMINO DEL RETORNO: HACIA LA OTRA SENDA DE LA LUZ DE BERNARDO SILFA BOR



Alberto Martínez Márquez

                                                                                                                                                     Bernardo Silfa Bor es una de las voces más reveladoras de la reciente poesía dominicana. Nacido en Azua en 1967. Silfa Bor ha sido merecedor de varios premios regionales y nacionales; además de figurar en diversas colecciones antológicas.


Su primer libro de poemas, Hacia la otra senda de la luz, acusa una interesante simbiosis entre la poesía pura y las formas vanguardistas, expresada tanto en el lenguaje como en la estructura. Por lo que puede percibirse las influencias del simbolista francés Stephane Mallarmé y el versátil poeta mexicano Octavio Paz. Me refiero a un lenguaje y a una forma, que si bien intentan recobrar la esencia misma de lo que es la poesía, buscan, al mismo tiempo, establecer una serie de rupturas temáticas, lingüísticas y formales. Claro, que los exergos son una forma de registrar las influencias primarias del poeta, sus lecturas más evidentes: Ramón Cifre Navarro, Pablo Neruda y Máximo Avilés Blonda. Por otro lado, el poeta integra elementos propios de la cultura afrocaribeña y dominicana para signar un sincretismo poético que conjuga (y conjura) perfectamente lo autóctono con la imaginería poética que impera en estos textos de Hacia la otra senda de la luz.

El poemario está dividido en cuatro partes. Cada una precedida por un exergo que sienta la tónica de los poemas de las secciones. No obstante, es imperioso destacar aquí que a todas esas partes les une el motivo de la búsqueda de lo otro, que es, a su vez, una búsqueda tripartira: identidad-poesía-cuerpo. De manera que al moverse hacia lo otro, el hablante poético deconstruye el signo identitario, el devenir poético y las dimensiones de lo corpóreo con el fin de establecer su propia diferencia, una nueva poética y una categorización diferente ( en el sentido derrideano de la différance= diferencia y diferir) del cuerpo. 

En el poema que abre el libro tenemos:

Inicio recorriéndome razagrama
oculto amuleto
vociferando
en mi otra orilla
de choques abiertos al espejo
absurdo cautiverio de imagen
donde permanezco
indígena líquido
enlace de mi negro fuego
rostro escapado
al inciso vidrio
abertura blanca circulando
en mi sangre sólida
ayer mañana hoy
conmigo
negro aborigen blanco
a lo zumo todos ustedes
nosotros
inicio viéndome
su horizontalidad en la carne
mutante
vértice
apología razagrámica
recorrido
donde no me encuentro
buscándote.

Primeramente, el hablante poético alude aquí a lo primigenio y a lo nativo: "razagrama," "amuleto," "indígena," "aborigen," etc. Estos elementos están relacionados con el origen, el cual se intenta reordenar, reconstituir... Segundo, "espejo," "imagen," "orilla," "fuego, "vidrio," y "sangre," son dispositivos de la alteridad. Mientras, que en un tercer lugar aparecen los verbos que indican movimiento, devenir continuo, dados aquí en gerundio: "recorriéndome," "vociferando," "escapando" y "circulando." Más que un desplazamiento, el poema presenta una transmutación de las cosas. La búsqueda es el inicio de una genuina metamorfosis cultural, creativa, experiencial.

El siguiente poema es sintomático del agón del hablante poético en su pulseo o interpretación de la modernidad:

Soy tú mismo
colocado en este tiempo digital
atravesado de regresos
ceremonias
y silencios procesados
areítos lejanos
que me graban con su piel callada
el mito desgarrado
soy en ti
regresos invertidos hacia mí
distancia desoída
en la güira tecleada
síndrome de máquina que te guarda
que me guarda
que nos guarda
en la sombra disquética
de mis calles
donde me hago
el pero de tus dudas
el no que te afirma
en mi otra orilla
de hombre impreso en nada
pasado de mi líquido
agotado en tus ojos
de pantalla
donde ahora nos digitan
origen
nostalgia
y peregrinos de la ausencia.

Hay varias lecturas posibles para el texto anterior. Una de ellas es la pérdida del aura artística de la que hablara Walter Benjamin en un archiconocido ensayo. Para Benjamin el proceso de reproducción mecánica que tiene lugar en la modernidad hace que los objetos pierdan su carácter único. Por ende, la originalidad artística cede ante la producción masiva. El aura, por lo tanto, deja de existir, puesto que la reproducción mecánica, la masificación, propicia su exterminio. Sin embargo, a diferencia de la visión nostálgica y ominosa de Benjamin, el hablante poético opone la necesidad de vivir la experiencia actual moderna (o postmoderna) a pesar de esa acción reproductiva, como un paso a esa otredad tan necesaria para recomponer la identidad.

En la segunda sección del poemario se intenta trasciende la dialéctica Eros/Thanatos, a fin de arribar a la realidad absoluta del cuerpo: "para surgir ausencia / atabales / areíto / espuma sincrética / que fluya / en otro vientres / olvido que me traiga presencia." La tercera sección es una especie de canto cósmico: "porque somos oriundos / del genocosmos / levanté los párpados / en un instante / lleno de gemidos / que se deslizan / hacia mis huesos / con
el viento."

Finalmente, en la cuarta sección del poemario nos encontramos con el fin de la búsqueda (¿concluida?), donde identida-palabra-cuerpo se materializan:

Palpito en estas páginas
oriundas de algún pretérito
perdido en la ausencia
del viento
donde crecieron
las espinas de mis sueños
imagen que sube
en tus dedos
abiertos al espejo
levantados al sendero
del recuerdo
permanecen nuestros pasos
haciéndose presencia
sin ecos
deseos elevados a la carne
para sustraerle al espejo
la húmeda sílaba de tu cuerpo
tintado en estas páginas
con las huellas clavadas
en el tiempo y en el polvo
sigo en tus pasos
en tus gestos
rezumación de olvidos
que destejen los silencios
donde palpitan
estas páginas
de encuentro.

Aunque éste no es el último poema del libro, concentra perfectamente los temas del mismo, esgrimiendo una lograda síntesis de esa búsqueda de la otra orilla que a través del hablante poético Bernardo Silfa Bor quiere transmitir a
sus lectores.

ENTREVISTA DE BEATRIZ GIOVANNA RAMIREZ A BERNARDO SILFA BOR




"El metapoeta es conciencia poética en la jerarquía del Ser Poeta"
                                                                             Bernardo Silfa Bor

                  Publicada por Cinosargo el 21/09/2011 

                 Foto:Fernando Prats.
 (Beatriz Giovanna Ramírez y Bernardo Silfa Bor)



“La puerta de entrada a la metapoesía es la misma metapoesía. Ella misma es laberinto y es multiplicidad de puertas e infinitas ventanas.”



Bernardo Silfa Bor es un metapoeta comprometido y riguroso con la estética, la transformación consciente del poema y la multiplicidad de las voces inefables que inventan su propia transmisibilidad.

El poeta, escritor y educador dominicano Bernardo Silfa Bor (Azua de Compostela -Ciudad del Vía y Sur de policromía caribeña- 6 junio del 1967) es miembro del Círculo de Estudios Literarios de Azua -CIELA-; del Taller Literario Juan Sánchez Lamouth de Santo domingo; de la Sociedad Cultural y Literaria Athene de Azua. En España es miembro de ACUDEBI, de la Asociación de Poetas y Escritores del Casino de Murcia y miembro presidente de la Asociación Cultural para el Desarrollo de los Dominicanos en Murcia(ACUDEM). También pertenece al Movimiento Internacional de la Metapoesía.
Ha ganado los siguientes premios: 1990 Primer Premio Cuento Athene; 1991 - 1992 - 1993 Segundo Premio de Poesía Athene; 1993 Primer Premio de Poesía Atnene; 1995 Premio Nacional de Poesía Athene; 2004 Premio Internacional de Poesía de Casa de Teatro accésit por el poemario Máscara de la Imago. Reconocido por su labor educativa y sociocultural por: Fundación Pro-juventud Padre Eduardo Mac Carty 1985; El Club Juan Pablo Duarte 1991; Comité Fiestas Patrióticas 19 de Marzo de Azua 1991; Compañía Anónima Tabacalera como Poeta Local 1992; Colegio Calasanz como Profesor del Año 1997; El Ministerio de Educación y su Distrito Escolar 0015 en 2003; La Editorial Norma y su Departamento de Literatura 2003; La Sociedad Cultural y Literaria Athene de Azua 2004; Los Premios Compostela de Azua 2004. Textos suyos han sido antologados por Tomás Alberto Oviedo y Canó en su Antología de Poetas de Azua, por la Secretaria de Estado de Educación en la Antología Cuentos Premiados del Sur, por la Asociación de Poetas y Escritores de Casino de Murcia en la antología Nosotros, por la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en su Coloquios 2004, Ediciones Ferilibor– Nº 70 del 2005, por el Grupo Poeta de la Era de Santo Domingo en su antología Poeta de la Era 2010 y por la Secretaría de Cultura de la República Dominicana. En la antología A Viva Vosch, Ediciones de cultura, 2011. Bernardo Silfa Bor ha participado en diversos cónclaves, congresos, tertulias y recitales en República Dominicana, así como en Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos y España donde reside desde finales del 2004. En el 2010 junto al poeta Daniel Tejada organizó en Madrid el V Congreso Global de Metapoesía 2010. Sus libros publicados son Hacia la otra senda de la luz y Máscara de la Imago.

“La¨metapoesía¨ instancia híbrida de sensibilidades y espacios en donde la poesía dialoga y polemiza la poesía desde y con la poesía (metapoesía), lo mismo que el poema lo hace con el poema (metapoema).” 

BGR -Es interesante el pre-concepto que ronda la metapoesía, el prefijo "meta" nos da una idea equivocada y distante de su propio asunto. ¿Qué es la metapoesía? 

BSB-Como bien afirmas en tu pregunta la mayoría de la gente, incluso poetas, escritores e intelectuales, cuando se refieren a la metapoesía la entienden y definen a partir, única y exclusivamente, del prefijo ¨meta¨, negándole así las múltiples evoluciones del término. Término que ya es polisémico y politémico al unísono. 
En ese sentido, recuerdo que, en unas notas que escribí bajo el título “LA METAPOESIA: RENOVACION RECURRENTE BAJO EL SOL¨ para hablar en Madrid acerca del “Movimiento Internacional de la Metapoesía” como preámbulo al“V Congreso Global de Metapoesía” Madrid 2010, decía que esta concepción de ¨metapoesía¨ desde el prefijo ¨meta¨ era y es simplista e insustancial. Y lo dije porque entiendo la ¨metapoesía¨ como instancia híbrida de sensibilidades y espacios en donde la poesía dialoga y polemiza la poesía desde y con la poesía (metapoesía), lo mismo que el poema lo hace con el poema (metapoema). Pero puedo decirte -y debo hacerlo- que mi sentido de la ¨metapoesía¨ es limitado ante la visión del Guillermo Carnero que nos enseña ¨que la metapoesía es aquella poesía que se tiene a sí misma como asunto.

Guillermo Carnero dice: "Un metapoema es un poema que tiene dos niveles discursivos paralelos. En el primero, se trata de que habitualmente entendemos por poema. En el segundo, que discurre paralelamente al primero, y entremezclado con él, el poema reflexiona sobre su propia naturaleza su origen, sus condicionamientos y demás circunstancias."

BGR -¿Se nace o se hace metapoeta? 

BSB -Esta es una pregunta rectora. Siempre se ha estado debatiendo si se nace poeta o si el poeta se hace. Y es válida la traslación hacia el metapoeta. Responderé diciendo que el metapoeta nace y se hace en ciclicidad. Nace cuando se descubre poseedor de un discurso crítico-reflexivo de su propio hacer poético y el entorno vinculante sociohumano y natural que lo genera y referencializa como entidad. Se hace cuando es capaz de reinventarse asimismo en cada pálpito de creación como instante de vida en la trama textual que ha elegido y que le elige como actor-autor del ejercicio escriturar. Si partimos de que el metapoeta es ¨el poeta de los poetas¨, pues, tengo que decir que, en ese sentido, el metapoeta es conciencia poética en la jerarquía del Ser Poeta, del Ser Consciente que nace haciéndose y se hace naciendo como hechura y nacimiento del Otro. Así, como conciencia, el metapoeta se hace y nace en, y desde, sus registros y los del otro sabiéndose consciente de su realidad.

BGR -¿Cuál es la puerta de entrada de la metapoesía? 

BSB -La puerta de entrada a la metapoesía es la misma metapoesía. Ella misma es laberinto y es multiplicidad de puertas e infinitas ventanas. Sólo a través de la metapoesía se llega a la metapoesía. Ella es su propia senda. Por eso puedo decirte que mi puerta o mi ventana de entrada a la metapoesía fue y es la hibridez que en ella pervive. Un espejo de ello es toda mi poesía. Desde mi primer libro Hacia la Otra Senda de la Luz pasado por los poemarios inéditos que tengo hasta llegar a Mascara de la Imago mi otro libro publicado, he venido estructurando, en ellos, una metapoemática híbrida que me identifica y me llena como poeta. Mi apuesta en la metapoesía es esa esencia metahíbrida que me cultiva y que cultivo como tejido vital y que se fortalece a diario en mi Ser Metapoético. La columna vertebrar de mi Ars metapoética es la politemia o politemismo que da vida a mi hibridez metatextual. Así entiendo y practico la metapoesía desde sus esencias de hibridación, las cuales les vienen, como pensamiento y acción, del posmodernismo de esta posmodernidad que nos respira. 

BGR -¿Qué elementos considera necesarios en la práctica de la metapoesía? 

BSB -Considero que la práctica metapoética exige y requiere de sus cultores una seria y rigurosa responsabilidad escriturar y un fiel compromiso y cumplimiento de los principios y postulados filosóficos, estéticos y éticos que le son inherentes. Pienso que, sin importar cuál sea la variante metapoética que se cultive, el metapoeta debe priorizar la calidad del decir haciendo el uso correcto de su lenguaje. En el caso nuestro el metalenguaje. En la metapoesía del metalenguaje forma y fondo son uno. El campo metapoético es como una caja de sorpresa y sus posibilidades son infinitas, por ello el metapoeta ha de sentenciarse búsqueda eterna.


BGR -¿Cómo reconocemos un metapoema? 

BSB -Un texto metapoético puede reconocerse a través del juego de polifonía, de polilinguismo o de politemismo que se use en la elaboración. Así como por las composiciones de términos, frases e imágenes de performance que se implemente. Cuando el texto refleje recursos de transtextualidad. Cuando en el metapoema estén presentes los recursos culturalistas introducidos por Carnero. Por los efectos auditivos y visuales usados en la Metapoesía Audio-Visual. Hay metapoesía cuando existe un nivel de conjunción, de juntura y de confluencia temática en el universo de una unidad poética-artística. Hay metapoesía cuando la sustancia poética es elaborada desde el metalenguaje. Y hay metapoesía cuando coexisten en el texto poético dos o más niveles discursivos en función dinámica y vital. Luego están presentes los recursos estilísticos tradicionales.

BGR -¿Poetas como Miguel Hernández, Alejandra Pizarnik, Jorge Luis Borges, Walt Whitman, entre otros tantos poetas, escribieron algún metapoema?

BSB -Claro que sí. Y no uno, sino varios. Es que la metapoesía es una esencia vital que siempre ha gravitado el universo creativo de las grandes lumbreras del mundo de las letras, tales los poetas que nombras. Pero también a otros tantos como Pere Gimfferer, José Hierro, José Ángel Valente, Enrique Lihn, Pablo de Rokha, Rodrigo Lira… ¡Ojo! Ellos no se nombran, ni se nombraron metapoetas. Así, sin asumirse ni exigirse ser metapoeta, gran cantidad de sus textos son metapoemas porque los discursos y asuntos de elaboración implementados en ellos los ubican en esta jerarquía textual. Así la metapoesía ha estado siempre ahí. Sólo que, como dijo Carnero, se le ha estado llamando con otro nombre. En este sentido debo decir que lo interesante, para nosotros los miembros del Movimiento Internacional de la Metapoesía, es que sabiéndola realidad, ningún grupo se había autonombrado, diseñado y definido Metapoeta hasta el 13 de octubre cuando lo hizo, en República Dominicana, el doctor Jorge Piña con el primer manifiesto.

BGR -¿Considera que los Metapoetas son producto del nuevo milenio? 

BSB -Bueno. Puedo decir que los metapoetas fundadores del Movimiento Internacional de la Metapoesía son producto, en parte, del surgimiento de la Sociedad del Conocimiento, la Información y la Informatización que nacieron con la Era Posmoderna en las últimas décadas del siglo y el milenio pasado, pero que han tenido su mayor auge, fortaleza y afianzamiento en la primera década y la recién iniciada, de este siglo-milenio en que vivimos. En término de actualidad, pienso que sí, que somos producto de (y para) este primer siglo de este nuevo milenio que nos acoge o bien acogemos. 

BGR -¿Escribir metapoesía es asumir y exigirse hacerlo desde una práctica-no poética de la poesía, un funcionamiento no imaginario de imágenes, un desprenderse del yo lírico? 

BSB -Esta pregunta, amiga Beatriz, la responderé en tres bloques diferenciados por su estructura y complejidad. Claro está, si te parece bien.

BGR -Sí, estupendo.

BSB - 1- Fíjate, no podemos escribir metapoesía desde una práctica no-poética de la poesía porque la metapoesía es aquella poesía que se tiene asimisma como práctica, como asunto, como objeto de fascinación. Por definición no se podría. ¿Cómo hacerlo si la metapoesía es un estado poético de autocrítica y autoreflexión de la misma acción y sentido de la textualidad poética? ¿Cómo si en la metapoesía todo se reescribe incansablemente? En mi parecer no es posible asumirse y exigirse una escritura metapoética desde la práctica no poética de la poesía. Y no es posible porque escribir metapoesía es asumirse y es exigirse un discurso poético de aptitudes y niveles capaces de subvertir el proceso mismo, enmarcado en una espiral de polidireccionalidadpolitemática de matices multiculturalitas como recursos de reescritura y re-creación, en donde el lenguaje se polemiza asimismo y con su entorno desde la misma poesía.

2- En la escritura de la metapoesía el funcionamiento que se asume y se exige es el de una dinámica de creación que se mueva entre imágenes interdisciplinarias, vivas, plásticas y ardientes que respondan a un proceso de pragmática explosiva cargada de realidades absolutas y reales cuyo alcance de funcionabilidad se materialice en el dulce y apacible entendimiento del que se siente leído al leer. Esta práctica escriturar en el Movimiento Internacional de la Metapoesía, se exige y se asume, desde la mirada de un antigrupo que la entiende como modo de vida ¨a riesgo y cuenta propia¨. Esto es, las exigencias se asumen desde un concepto de individualidad colectiva.

3-En la metapoesía el ¨ser metapoético¨ no abandona ni se desprende del yo lírico, más bien lo eleva a otra categoría, a otra dimensión. Lo dimensiona a un ¨yo metapoético¨ o como a mí me gusta llamarle, a un ¨yo metalírico¨. El metapoeta se exige, y así lo asume, la trascendencia de cuanto acontece y toca su hacer metapoético. Su reto es con el texto, sus circunstancias y él mismo. El ¨yo lírico¨ es en la metapoesía ¨yo metapoético¨ o ¨yo metalírico¨. Jamás es ausencia, muy por el contrario, es presencia trascendida.