Bienvenidos a estas palabras del alma. Que todos nos reencontremos en el instante de su eternidad.

José López: música de vida


Por Bernardo Silfa Bor


La poesía en el poeta José López, y en concreto Música de Vida, se define como esencialidad vital al verla y sentirla como música. La poesía es música, la música es poesía. Poesía y música son el alma de la vida. Música y poesía son, desde todos los puntos del eje existencial, la tensión que, como fusiún, liberan y alimentan el espíritu del cosmos que es cada uno.

En Música de vida, el piano se teclea asimismo para producir el efecto melódico del compás del tiempo que transcurre circular en la la mira telúrica que el poeta hace a la vida desde una confluencia orgánica e inorgánica para desvelarnos en la tela poemática nuestras verdaderas esencias.

En este poema, Sal y Azucar, son claves perceptuales que nos llevan a sentirnos traseuntes sin tiempo ni espacio del espejo pulido donde todo se refleja sin máscaras ni ataduras. Esta Música de Vida conceptualiza una visión de sentido simbiótico de los productos de la realidad en consonancia con lo ireal sustanciando un sustracto de hibridad que se habla desde el corpus poético como música y vida.

Sal y Azucar reedefinen en el poema las antonimias enésimas y eternas que discurren y trasncurren como sustracto líquido por las arterias de la vida arquetipada en este poema que se sostiene con sus propias manos.

Sí, en Música de Vida el aire no es aire porque es melodia poetizada, porque es palabra musicalizada, porque es poema y pentagrama. Sí, aquí y desde aquí el aire no es aire porque es música de vida que nos interseca en el infinito como punto vértico del centro cósmico.

Música de vida es vida en simismo y es vida para todos los que puedan leerse en él. Esa es la eterna aspiración de este poema y de este poeta. Esa es la eterna aspiración de todos los poemas y de todos los poetas: que el poema se reconstruya en cada lectura y en cada lector como proceso de vida.



MÚSICA DE VIDA



De espalda al infinito
la otra mano hace señas

al piano de las almas

Una música de vida

invade la sal
el azúcar y el agua

de la sangre
la savia y la tierra

El aire no es aire
el viento es

música de la otra mano.

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